Tarjetas para duchas en la playa

Estuve en unas jornadas de turismo rural hace unos meses en la Sierra Norte de Madrid. Las Jornadas trataron sobre el turismo rural como motor de desarrollo local para los pueblos de la Sierra Norte. Me parecieron muy interesantes los ponentes, entre ellos muchos alcaldes de municipios desde 30 habitantes hasta 15000. Independientemente del volumen de recursos,  los alcaldes contaron la problemática de cómo aumentan enormemente la demanda de servicios municipales en los meses de verano, pero no así sus ingresos para hacer frente a ese aumento.

Los turistas no pagan al ayuntamiento por los servicios municipales, como por ejemplo, el de recogida de basuras. Trabajo extra que los empleados municipales deben desarrollar durante esos meses. (De ahí, creo yo, que por ejemplo hayamos escuchado en las noticias más de una huelga de los empleados de recogida de basuras durante este verano). Se multiplica por 10 en algunos casos el trabajo pero el Ayuntamiento no dispone de recursos económicos para aumentar por 10 la plantilla. Resultado: huelga y calles infectadas de putrefacción – y adiós al turista.

Se habló mucho sobre financiación municipal y cómo el turismo podía contribuir a la mejora de los espacios públicos y al mantenimiento de los servicios turísticos de los pequeños ayuntamientos. Servicio como la financiación de una oficina de turismo, edición de folletos, mantenimiento de senderos, conservación de playas, etc.

Haciendo un pequeño inciso, he de decir que me llamó mucho la atención que en los proceso de selección de las propuestas de los Ayuntamientos o Mancomunidades, para ser seleccionadas como Planes de Dinamización Turística, uno de los responsables de los fondos (Casi 3-4 millones de euros por plan) comentaba los criterios de selección, pero entre ellos no estaba presente el de la viabilidad económica. Según esta persona, demasiado es ya pedirles a algunos alcaldes un plan coherente y bien estructurado, como para además exigirles un plan de viabilidad económico financiero de su propuesta y de cómo está va a repercutir/impactar en beneficio de la población y en las arcas del Consistorio. En mi modesta opinión es darles el pez y no la caña de pescar, cuantas veces tras el paso de la subvención, se ha tenido que cerrar las visitas guiadas, la oficina de turismo o la apertura de algún monumento por falta de fondos para financiarlo…

Las estrategias turísticas de un municipio deben conllevar una autofinanciación de los proyectos. Deben ser también sostenibles económicamente.

De ahí que ideas como la de cobrar por la recolección de setas por ejemplo, o la de cobrar por acceder a un aparcamiento base para realizar senderismo a cambio del estacionamiento, una bolsa de basura y un plano, por ejemplo, o la de cobrar por el uso de las duchas de la playa me parezcan ideas sensatas y no descabelladas para los pequeños municipios. El problema es que hay que hacérselo entender a la población a través de campañas de sensibilización bien dirigidas, este es uno de nuestros cometidos desde Ruralpromo Consulting.

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